Depresión postvacacional: ¿qué es y cómo superarla? El llamado síndrome postvacacional, popularmente conocido como estrés o
depresión postvacacional, es un concepto que se refiere a la ansiedad que se
debe afrontar al readaptarse a las tareas laborales después de un período largo
vacacional.
En la mayoría de las personas la vuelta a la “normalidad laboral” no supone
ningún trastorno, sino más bien al contrario, ya que vuelve con ilusión a la
actividad productiva. Esto se produce, especialmente, para quienes el entorno
laboral es favorable y se compone de actividades gratas y creativas con un
desarrollo de relaciones sociales agradables.
No obstante, en algunos casos, la presión de la vuelta al trabajo llega a
ocasionar verdaderos cuadros de estrés agudo con todas las manifestaciones
que ello implica. Manifestaciones emocionales, del comportamiento y físicas
que caracterizadas por: malestar, ansiedad, depresión, disminución del
rendimiento, palpitaciones, sudoración, aumento de las frecuencias
respiratoria y cardíaca, temblores, cambios de humor, etc. Por tanto, el
síndrome postvacacional no se trata de una enfermedad, sino de un trastorno
adaptativo. Esta falta o dificultad de adaptación es la que provoca la
sintomatología arriba mencionada.
Muy pocos casos de estrés postvacacional precisan de un abordaje profesional,
ya sea médico o psicológico. Para superar las molestias producidas por esta
mala adaptación de las vacaciones a la vida laboral, os dejo una serie de claves
para llevar mejor la vuelta al trabajo:
- Regresa a tu residencia habitual unos días antes, ya que apurar los días
de vacaciones es una opción tentadora, pero no favorecerá nada a
adquirir de nuevo la rutina. Esto nos ayudará a adaptarnos
progresivamente los horarios, pautas y a ponernos al día con asuntos
que habíamos retrasado. De esta forma la entrada será un poco menos
dura. - Ve regulando los horarios paulatinamente según vayan terminando las
vacaciones, ya que durante las vacaciones se suele ir a dormir más tarde
y levantarse más tarde también. Por ello, como en el punto anterior,
habría que ir retomando el horario habitual unos días antes de empezar
a trabajar. - Una vez emprendida nuevamente la rutina laboral, practica ejercicio
físico a diario y come de manera más variada y saludable. - Establece objetivos sensatos y empieza de manera progresiva con la
intensidad del trabajo, de menos a más intensidad, siempre intentando
comenzar por las tareas más agradables. - No “te lleves el trabajo a casa”, y deja en el trabajo lo concerniente a él.
Si ves que no llegas a finalizar algunas tareas, apúntalas y dales orden de
prioridad al día siguiente. Sobre todo, ¡no te agobies! - Disfruta de los momentos libres, tanto en el trabajo como los fines de
semana; son momentos para distanciarte del trabajo y conectar con tu
familia, amigos, hobbies, etc.
Además, la práctica de la relajación te ayudará a eliminar el estrés inicial
y, si aparecen pensamientos erróneos o ideas irracionales difíciles de
eliminar que puedan ocasionar malestar, no dudes en contactar con un
profesional especializado en salud mental.
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